El método de trabajo puede variar, no obstante lo esencial del sistema terapéutico es que las Constelaciones familiares intentan mostrar mediante una imagen visual (una re-presentación) el nexo existente entre los problemas actuales de una persona (su motivo de consulta) y las historias de su familia de origen… entendiendo que la familia de origen no se trata sólo de la relación que se tuvo en la infancia con mamá y papá (o con los cuidadores primarios), sino que de todos los acontecimientos relevantes de la amplia red familiar de origen (transgeneracional: abuelos, bisabuelos, tíos, hermanos, etc.)
El objetivo de la constelación es que el consultante pueda comprender, guardar y atesorar dentro de sí la imagen que se le ha mostrado en la constelación familiar… ya que esta imagen dinámica le ha permitido tanto comprender su problemática o síntoma, como también ha develado un camino de solución. Así el consultante frente a esta imagen se verá compelido a integrarla -aunque le sea dolorosa, conflictiva y difícil de asimilar en un primer momento- Así el consultante podrá permitir que esa imagen actúe dentro de su mente, su cuerpo, su corazón y su alma… para iniciar con ello un movimiento sanador.
La sanación pasa por quedar más libre de las implicancias inconscientes que uno tiene con su familia de origen y así poder hacer el propio camino autónomo – es decir, cortar con las lealtades que tenemos hacia nuestros padres y antepasados… estas lealtades se manifiestan mediante repeticiones de enfermedades, sentimientos, conductas y formas de vincularse. Así, las constelaciones nos permiten fortalecer la propia identidad entendida como un modo de vivir la vida a partir de los propios deseos y llamados profundos, y no a partir de deudas y temas no resueltos con nuestra familia de origen.